Recitar en público implica memoria, comprensión de las palabras, modular la voz para encontrar tonos y registros adecuados. La misma atenciòn requiere el gesto que acompaña las palabras.
Olvidar las prisas para encontrar la musicalidad que cada poema tiene. Disfrutar las palabras. No es lo mismo leer poesía que recitarla; hay que reconocer y aceptar la propia voz, al igual que al cantar, y olvidarnos de hacer juicios estéticos sobre nuestras condiciones previas. Como cantar, recitar implica un trabajo, y por poco que le pongamos interés, descubriremos una vía hermosa para expresarnos, para aumentar nuestras referencias literarias y culturales. Y en el marco de nuestra asignatura, prepararnos para hacer que los futuros alumnos cuenten con una herramienta más para aprender cosas nuevas, expresar emociones e ideas, y sentir el tiempo de una manera diferente.
Raquel ha sido muy valiente animándose a que la grabara, gra6!
«Representación escénica en Educación Infantil», abril 2011.
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